Me interesa en este caso la forma en que nosotros transformamos
nuestro cuerpo a través de diferentes lesiones. El modo en
el que nos “mutilamos”, a través de la ingesta en algunas
ocasiones, de partes de nuestro cuerpo.
Relaciono estos hechos con los altos ritmos de vida a los que
nos sometemos, la ansiedad provocada por diferentes aspectos
externos a nuestro cuerpo provoca en nosotros diferentes “tics”
mediante los cuales llegamos a lastimarnos buscando un alivio
inconsciente a nuestro nerviosismo.
De este modo encuentro que lo que hacemos es metamorfosear
nuestra anatomía dejando rastros evidentes de una mutación
física. A través de actos sencillos y repetitivos como mordernos
las uñas.
Parto de la intención básica de analizar aspectos realmente
cotidianos y llevarlos hasta los extremos, exagerándolos para
conseguir con ello un mayor impacto emocional y visual. Como
en la mayoría de mis proyectos comienzo con el trabajo de
investigación a través de actos vividos en primera persona,
puesto que son estos los que mejor voy a poder representar y
analizar, parto por tanto de mi propia experiencia.
Prácticas muy comunes y aceptadas como morderse las uñas y parte
de los dedos, tirarse del pelo, rascarse de forma nerviosa o
morderse el interior de la boca son aspectos que actualmente no
son extraños en nuestra sociedad. Sin embargo, bien analizados
y desde un punto de vista objetivo, todos ellos son pequeñas
mutilaciones que deforman nuestra anatomía, y a pesar de no ser
ningún tipo de prácticas peligrosas para nuestra salud, son en
realidad actos destructivos en sí mismos.
Somos nosotros, desde la raíz los que comenzamos
a “masacrarnos”.
